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martes, 24 de mayo de 2016

Aceltilcolina y borrar malos recuerdos

¿No sería extraordinario que algún día pudiéramos disponer de un botón para potenciar los buenos recuerdos y relegar los malos? Quizá ese fantástico tiempo no esté tan lejos.

El interruptor de los recuerdos

¿Te gustaría contar con un pequeño dispositivo, posiblemente una especie de audífono o de zarcillo, que lleves en la oreja para manipular a placer tus pensamientos, los buenos y los malos? La hipótesis parece de ciencia ficción, pero ya está dando pasos para adentrarse en la ciencia corriente.

Tiene serias implicaciones morales, ya que una de las cosas que nos impide cometer malos actos son precisamente los malos recuerdos (la «resaca moral») por algo indebido hecho con anterioridad.

Pero sería mucha la gente beneficiada por ese switch para olvidarse de lo malo y recordar lo bueno, especialmente la que lleva mala vida por un trauma; ese estrés postraumático que tanto afecta a los soldados que han combatido, a los que han sufrido violaciones y a muchas otras persona

Ratones sin miedo

El miedo es una de las emociones más potentes para la recordación. Un equipo de investigadores de la Universidad Estatal de Stony Brook, Long Island, logró crear ratones que literalmente no sienten miedo.

Para hacerlo se valieron de una rama científica nacida en el siglo XXI, la optogenética, que como su nombre lo indica, combina la óptica con la genética.

La optogenética permite intervenir células sensibles a la luz para modificar su comportamiento. En el caso de los recuerdos, los objetivos son algunas células neuronales.

Molécula del bien y el mal

La posibilidad de manipular los pensamientos a voluntad, al parecer pasa por controlar a la acetilcolina, una molécula neurotransmisora que es una especie de portadora de los malos recuerdos.

Cuando se aumenta la liberación de acetilcolina en la amígdala cerebral durante la formación de un mal recuerdo, el pensamiento negativo se refuerza hasta dos veces más que uno normal. Cuando se disminuye la dosis del neurotransmisor durante un evento traumático, el recuerdo doloroso pierde peso e incluso desaparece.

Desafortunadamente, el asunto es difícil de estudiar por tres razones; las células neuronales que reciben a la acetilcolina son de las más escasas; están entremezcladas con otras neuronas que desempeñan distintos papeles en el funcionamiento del cerebro y la propia molécula de acetilcolina cumple otras funciones, incluyendo algunas de la memoria en un sentido amplio.

¿Borrar los malos recuerdos? ¡Quién no lo querría!

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