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sábado, 22 de agosto de 2015

Arañas

  • Según ha revelado un equipo de investigadores de las universidades estadounidenses de Louisville y California, en Berkeley, en la revista Royal Society Interface, cuando estos animales se precipitan desde las copas, utilizan sus extremidades para planear y cambiar de rumbo en pleno vuelo, de modo que logran “aterrizar” sin problemas en un tronco situado incluso 25 metros más abajo. El biólogo Stephen P. Yanoviak, que ha coordinado el estudio, señala que este comportamiento ya se había detectado en ciertos insectos, como algunas especies de hormigas. No obstante, es la primera vez que se observa en arácnidos. Es más, las arañas Selenops banski que ha examinado suelen realizar la misma maniobra: tras unos instantes de caída libre, en los que recorren entre 5 y 8 metros (se desplazan a una velocidad de 3 metros por segundo), modifican la trayectoria para situarse en el lateral del tronco y alcanzar su objetivo. Yanoviak y sus colaboradores arrojaron 59 especímenes desde lo alto de unos árboles y determinaron que sucedía así en el 93% de las veces. Los científicos aún no saben cómo lo consiguen exactamente, pero sospechan que las arañas emplean las dos patas frontales para corregir el rumbo.

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